miércoles, 31 de julio de 2013

El último capítulo.



El cielo gris de Londres tembló una vez más esa mañana y, asustada ante la posibilidad de que su pelo recién planchado se mojara, Ruby Wibberly aceleró el paso para refugiarse bajo un porche. Cansada por el esfuerzo, rebuscó entre los trastos de su bolso la tarjeta roja que tanto le había costado encontrar. La leyó de nuevo:

POSITIVIDAD 
RAUDALES (Artista)
Imagination Street 25, Londres
positividadr@imaginando.com

"El problema", se dijo a sí misma, "es que no existe ninguna calle como esa en Londres".
Un trueno partió la ciudad en dos. Ruby levantó la vista de la tarjeta y se encontró frente a frente con una vieja tienda que, pocos segundos antes, no había estado allí. Con los ojos muy abiertos, la chica se acercó al lugar. En un enorme cartel rojo que colgaba de la puerta, se podía leer:

POSITIVIDAD 
RAUDALES 
Artista

Sin tener muy claro si salir corriendo o volver a leer la tarjeta para comprobar que era el sitio que buscaba, Ruby Wibberly entró en el lugar. Al empujar la puerta, sonó una campanilla de metal.
— ¿Hola?¿Hay alguien?
Nadie respondió. Ruby examinó con la mirada las amplias estanterías de madera que ocupaban la tienda. Estaban repletas de libros antiguos, encuadernados en cuero y con las páginas amarillas. Olía a humedad y a podrido, y el suelo crujía a cada paso que Ruby daba. Desesperada, bajó los hombros y se dirigió a la puerta, cuando el sonido de un trueno la paró.
— ¡Eh chica!¿Adónde vas? — gritó una voz que provenía del mostrador. Un chaval de unos catorce años estaba recostado en una silla de pino. — No habrás entrado por entrar, supongo.
Ruby, molesta por la actitud impertinente del chico, dio media vuelta hasta llegar al sitio en el que estaba.
— Pues sí. Venía buscando a una escritora que vivía aquí, Positividad Raudales, pero supongo que tú no me puedes ayudar…
— Te equivocas. Sí que te puedo ayudar. — Dijo el muchacho, con una sonrisa burlona en los labios. — Positividad era la propietaria de  la tienda hasta hace dos meses. Mi padre la compró después.
— Pero eso es imposible. En la puerta ponía que…
Otro trueno iluminó la oscura tienda. Ruby vio a través de una gran cristalera un cartel azul y verde que, con pomposas letras negras, decía:

ANTIGÜEDADES WILLIAMS BROS

— Te has debido confundir. La poca gente que viene siempre dice lo mismo. Seguro que buscas a Positividad por su libro rojo, ¿no? El que no tiene título.
Ruby entrecerró sus ojos y los fijó en los azules del chico, para saber si podía confiar en él. Al final, sacó de su bolso un pequeño libro rojo que no tenía nada escrito en su portada.
— Vas a creer que estoy loca.
— Eso lo creo desde que entraste.
Tras un intercambio de miradas, Ruby continuó.
— Este libro es mágico.
— Claro.
— ¡Lo digo en serio! Mira, la primera vez que lo abrí no me di cuenta. Lo encontré en la biblioteca de mi colegio, lo iban a tirar. No era un mal libro, ¿sabes? Explicaba cosas normales, cosas del día a día, pero de una forma tan convincente, que acababa aprendiendo a hacerlas.
— Ya, por supuesto.
— El primer capítulo — siguió Ruby, ignorando la interrupción del chico. — habla sobre cómo se debe tocar un piano. Yo no he ido en mi vida a clases de piano, pero en un par de días compuse mi primera canción.
— La suerte del principiante.
— El segundo capítulo explica cómo hay que resolver problemas de física avanzada y…
— Seguro que la física se te da bien.
— El trimestre pasado me quedó con un dos de media. Ahora saco notables en todos los exámenes. El tercer capítulo…
— ¡Bueno, vale! Si el libro ese es tan maravilloso, ¿para qué quieres hablar con su autora? Porque si fuera para decirle que eres fan suya, hubiera bastado con enviarle un e-mail.
— Mi libro tiene un error de imprenta.
Sin esperar contestación por parte del muchacho, Ruby abrió el libro por una de las páginas finales. Era el último capítulo del volumen. Su título era: "CÓMO SER FELIZ". La página estaba en blanco.
— Pero s…
— ¡Espera! — dijo Ruby. Pasó a la página siguiente, y a la siguiente y a la siguiente hasta que acabó el libro. Todas estaban vacías. — Necesito saber cómo acaba el libro. Necesito saber cómo ser feliz. Por eso he venido. Quería que Positividad me explicase el último capítulo. Todo lo que leo en este libro, aprendo a hacerlo en la vida real. Necesito saberlo.
El chico miró las páginas vacías y una sonrisa revoloteó entre sus labios.
— ¿Y si no es un error de imprenta?¿Y si el libro es realmente así?
— No puede ser...
— Sí, tiene sentido. Piénsalo. ¿Qué quiere decir Positividad dejándolo en blanco?
— Que no sabe cómo ser feliz, ¿no?
— Algo parecido. El libro está sin acabar, ¿no debería alguien hacerlo?
Ruby frunció el ceño. Estaba empezando a comprender lo que el muchacho de ojos azules intentaba decirle.
— El último capítulo tengo que escribirlo yo.
— ¡Exacto! — Dijo el chico con alegría. — Nadie puede dar la fórmula para la felicidad de los demás, porque solo tú mismo sabes qué cosas te hacen felices. Por ejemplo, a mí me encanta comer helado de pomelo.
— ¿Helado de pomelo?¿Eso existe? — rió Ruby.
— ¿Ves a lo que me refiero? Eres la única que puede escribir el final del libro.
— Soy la única  que puede decidir cómo ser feliz.
El muchacho sonrió. Ahora, a Ruby no le parecía tan impertinente. Se despidió de él con la mano y, acompañada por la campanilla de la puerta y por un fuerte trueno, salió a la calle. Mientras la lluvia le caía en el pelo, pensó en volver a la tienda  a agradecer al muchacho su ayuda. Al girarse, el cartel azul y verde de los hermanos Williams ya no estaba en su sitio. Había sido sustituido por uno rojo que rezaba:

POSITIVIDAD 
RAUDALES 
Artista

Tras la ventana de la tienda vio a una mujer mayor con el pelo rizado, que comía con una cucharilla lo que Ruby identificó como un helado de pomelo. El muchacho de los ojos azules estaba a su lado, en la silla de pino. Le guiñó un ojo a Ruby. Ella le devolvió el gesto y, tras un trueno, la tienda volvió a ser Antigüedades Williams Bros.
Ruby pensó que las cosas inexplicables - las cosas mágicas - se merecían estar presentes en el último capítulo del libro.

53ª Concurso Coca-Cola Jóvenes Talentos. Premio de Relato Corto.

Paseo por el Támesis la última noche.
Nos quedamos de piedra cuando vimos que abrían el Tower Bridge para que pasáramos.
Coca-Cola lleva ya más de medio siglo celebrando un concurso dirigido a alumnos de 2º de la ESO (13-14 años). Chicos y chicas de toda España se reúnen un mismo día en miles de colegios distintos, pero compartiendo la misma misión. A partir de un estímulo, usando un máximo de dos folios por delante y por detrás y teniendo como mucho dos horas de tiempo, hay que escribir un relato.


Uno de los dos estímulos de este año. Parte de España usó este
y la otra parte uno igual en el que ponía "Positivo Montones (Inventor)".

Hay que decir que no es fácil. Ves como el tiempo se te viene encima, como las dos horas van pasando y tu todavía no tienes claro de qué va a tratar tu historia, pero vale la pena. Y mucho.
Estos relatos, en una primera fase, son enviados a un Jurado Provincial, que selecciona y ordena los seis mejores relato de cada provincia. Cuando hay demasiados institutos para ser agrupados todos en una misma provincia, se crean sectores provinciales que, en el concurso, son iguales que las provincias.
El mejor relato de cada provincia/sector provincial viaja a la capital para ser evaluado por un Jurado de Especialistas, que selecciona los 17 relatos que representarán a cada una de las comunidades autónomas. Los autores de estas historias ganan un gran premio: este año se trataba de un viaje cultural a la mágica ciudad de Londres. Cuatro días de nuevas experiencias con otros 16 chavales a los que también les gustaba escribir.
Pero la cosa no acaba aquí: el mismo Jurado de Especialistas que eligió a los 17 ganadores selecciona de entre ellos a los 6 mejores. Sus autores, tras el viaje a Londres, se quedan otros cuatro días en Madrid para visitar la ciudad y mejorar su historia en un curso de escritura creativa impartido por profesores del Centro de Literatura Aplicada de Madrid Función Lenguaje. Los relatos ya mejorados son valorados por un Jurado Estatal, integrado por reconocidos periodistas, escritores y docentes. Estos tienen los seis relatos durante todo el verano, y un día se reúnen y los ordenan del primero al sexto. Los tres primeros asisten a un curso a distancia de escritura creativa de dos cuatrimestres de duración.
Podría dejar la entrada aquí pero, por suerte, tengo que seguir escribiendo. Me seleccionaron la primera del sector provincial del Campo de Gibraltar, así que mi relato viajó a Madrid, donde lo eligieron para ser el representante de Andalucía!!!!! (felicidad extrema por todas partes :'''''D) 
Viajé a Londres con mi profesora, otros 19 chicos (dos de ellos eran ganadores del concurso en su modalidad en euskera y otro del concurso en modalidad gallego, por lo que en vez de 17 al final fuimos 20) y sus profesores, además de responsables de Coca-Cola y guías. Fue una experiencia genial, maravillosa, inolvidable, aunque en realidad no creo que haya ninguna palabra que pueda expresar tantos sentimientos a la vez. Nos acabábamos de conocer, pero cuando tocó la despedida en el aeropuerto de Barajas parecíamos amigos de toda la vida que tenían que separarse por primera vez en años.
Todos con Panchillo, la mascota (casi) oficial del viaje. :')

Por suerte, la aventura no acababa allí, porque también fui elegida entre las seis primeras!!!(más felicidad aún!!!!). Pude disfrutar de cuatro días más con cinco de esos diecinueve jóvenes talentos, haciendo todo tipo de actividades y mejorando nuestros relatos. Lo mejor de todo es que, aunque estaba en juego un curso de escritura creativa de casi un año escolar entero de duración, hasta que volví del viaje no recordé que se trataba de un concurso, y estoy segura de que al resto le pasó lo mismo. Ahora somos una pequeña gran familia que está deseando reunirse de nuevo (no olvidéis Almendralejo 2014 chicos!!!). En la entrada siguiente os dejo el relato sin mejorar, el original.
Solo falta esperar a septiembre para saber quiénes son los tres primeros. Os mantendré informados!! 

Un saludo!!



dAM