domingo, 10 de junio de 2012

La leyenda del Patio de los Leones.

¡Muy buenas! Hace un par de semanas fue la entrega de premios del concurso literario "Las Palabras Escondidas", y como he estado (y estoy) de exámenes hasta las cejas, no he podido poner nada por aquí. Esta vez no ha habido suerte, pero me gustaría felicitar a los seis premiados, Álvaro García Recio, Andrea García, César Menéndez Martínez, Jhoel Marquina, Mireya Gómez y Laura García. ¡Estoy segura de que sus relatos son muy buenos! :D
Aprovechando que ya ha terminado el concurso, puedo publicar el relato corto. Lo escribí como una redacción en clase, ya que debíamos hacer una que tuviera algo que ver con la Alhambra, pues la visitamos a mediados de curso. Espero que os guste. Se titula La Leyenda del Patio de los Leones.

La fuente del Patio de los Leones brillaba con especial intensidad aquella tarde de primavera. Cada uno de los doce felinos parecía emanar un halo de luz blanquecina que despertaba en cualquier persona que pisara aquel suelo una sensación de intriga, admiración y misterio al mismo tiempo. Se respiraban calma y tranquilidad en todas las esquinas, una calma que llegaba a parecer irreal.
El silencio fue roto por un eco de pasos y murmullos, que inundó la sala poco a poco, hasta que por una de las puertas se vio asomar la pequeña cabeza de uno de los veintisiete alumnos de primaria que estaban de visita guiada por la Alhambra. Ese primer niño se llamaba Iván, y le encantaban las leyendas. Por eso, cada vez que llegaba a alguno de esos hermosos palacios, patios o pasillos, contaba a sus compañeros todo lo que sabía sobre las historias que llenaban de magia la ciudad palatina, ganándose una reprimenda de su profesor, pues apenas dejaba hablar a la guía.
- ¿Sabéis qué cuentan sobre el Palacio de los Leones? - Preguntó esta, haciéndose oír entre la pequeña multitud. Iván levantó la mano y saltó repetidas veces para hacerse ver entre sus compañeros.
- Dice una leyenda que a una princesa que se llamaba Zaira la engañó un hombre muy malo, que después de matar a sus padres, se hizo pasar por el rey. Cuando Zaira se hizo mayor, se enteró del truco, y con el talismán que conservaba de su madre, que tenía un maleficio, convirtió al rey y a sus once hombres en leones de piedra. 
Al terminar su historia, observó orgulloso la admiración de sus amigos, a los que la historia les había parecido fascinante.
- Te has informado muy bien, Iván. - Sonrió la guía. - Hasta hace poco, se creía que no era más que una leyenda, pero por las noches, a partir de las ocho, hay algunos guardias de seguridad que afirman oír voces que proceden de aquí, del Patio de los Leones…
- ¿Y qué dicen esas voces? - Preguntaron varios niños a coro, Iván entre ellos. La guía pensó rápidamente en algo que pudiera llamarles la atención, cautivar a esos chavales que no tenían más de ocho años.
- Pues… Dicen que el maleficio se ha roto, que los doce hombres se han despertado… y buscan venganza.
Contenta con su invención, la guía los invitó a pasar a la siguiente estancia. Iván miró su reloj. Las ocho y cuarto… Un escalofrío le recorrió el cuerpo. "Tranquilo." Se dijo, "No es más que una leyenda…"
A Iván, justo antes de cerrar la puerta, le pareció ver claramente como el mejor esculpido de los leones le guiñaba el ojo.

;)

Me temo que el capítulo quinto de El hombre de los ojos verdes va a tardar un poco en llegar, debido a que, como ya he dicho, estoy muy liada con los exámenes finales. Esperad un poco más... :)

2 comentarios:

  1. Me gusta más que lo del tio ese de los ojos verdes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Será que no lo has leído bien, ¡tiene un montón de seguidores! Bueno, tres jajaja :)
      Es broma, me alegro de que te guste este pequeño relato. Saludos y bienvenido :)

      Eliminar